Rompeolas
>> viernes, 17 de octubre de 2008
Y ahora ya no puedo prestarte mi abrigo,
ni quitarte la ropa, ni sudar contigo,
ni perder la calma, ni decirte las cosas que nunca te he dicho.
Y ahora ya no puedo prestarte mis alas,
ni subirte la falda,
ni cogerte con vicio,
ahora da lo mismo reírse de todo que llorar por nada.
0 comentarios:
Publicar un comentario