La oxitocina
>> miércoles, 15 de octubre de 2008
Podemos pensar como románticos, pero sentimos como seres vivos. El enamoramiento parte de un proceso bioquímico que se inicia en la corteza cerebral y se proyecta al sistema endocrino. Las feromonas, arropadas por sutiles mezclas de perfume, acaban excitando nuestras pasiones más bajas hasta que, consumado el orgasmo, aparece la oxitocina; con ella, esa profunda conciencia de pertenencia al otro y que, desde tiempos inmemoriales, hemos bautizado con la palabra amor.
0 comentarios:
Publicar un comentario